Ha sabido aprender de sus fracasos
LOS ANGELES -- Muchas personas consideran que el jardinero venezolano de los Rockies, Carlos González--el líder de bateo en la Liga Nacional en estos momentos y candidato al Jugador Más Valioso--cuenta con las cinco herramientas del béisbol. Pero al hacer esa evaluación, pocos toman en cuenta lo que quizás sea su herramienta más importante: la capacidad para aprender de los errores y del fracaso.
González, de 24 años, está bateando .341 con 32 cuadrangulares y 106 impulsadas en esta temporada. Esos números lo colocan en compañía del dominicano Albert Pujols de los Cardenales y Joey Votto de los Rojos como candidato a la Triple Corona de bateo.
Es difícil creer que el fracaso es parte de su historia, pero lo es.
Si los Rockies hubieran perdido fe en González el año pasado cuando bateó .202 en sus primeros 27 partidos con Colorado antes del receso del Juego de Estrellas, no habría historia alguna que contar. Quizás los Rockies no hubieran llegado a la postemporada, ya que González bateó .320 con 12 bambinazos y 24 remolcadas en la segunda mitad. La Serie Divisional de la L.N. contra los Filis, en la cual González se fue de 17-10, quizás no hubiera sucedido.
Es fácil decir ahora que a semejante talento siempre se le debió tener paciencia. Pero González fue canjeado dos veces antes de llegar a Colorado y el manager de los Rockies, Jim Tracy, fue cuestionado y criticado por seguir utilizándolo a pesar de que al principio se encontraba en un bache.
"Tienes que fracasar", dijo González. "Esa es la diferencia aquí. Podría estar jugando con otro equipo ahora si Colorado no hubiera confiado en mí. Fallé al principio y Colorado pudo haberme cambiado.
"A veces, para los jugadores jóvenes, no es tan fácil hallar la confianza. Tienes que poder hacer algo para que te des de cuenta de que, 'Soy bueno. Puedo jugar a este nivel. Puedo hacer lo que yo quiera'".
González ha jugado en Grandes Ligas en cada una de las últimas tres campañas, pero ésta es su primera temporada completa en la Gran Carpa.
El oriundo de Maracaibo era un prospecto prometedor con los Diamondbacks, hasta que lo enviaron a los Atléticos después de la temporada del 2007 para adquirir al lanzador Dan Haren. Un año después, González pasó a las filas de Colorado en el canje en que Matt Holliday pasó a Oakland.
"Sé que Oakland no tuvo paciencia conmigo", dijo González. "No estuve ahí ni un año. Jugué por cinco meses y en cuanto terminó la temporada me enviaron para acá. No sé cómo se sienten ellos, pero yo me siento bien".
En especial, las dificultades contra los lanzadores zurdos representaban un problema desde que estaba en las filas de Arizona.
No es que González estuviera acabado cuando se unió a los Rockies. Era obvio que era la pieza clave del canje desde el punto de vista de Colorado. No obstante, el gerente general Dan O'Dowd y el ex manager Clint Hurdle eran bien medidos en sus comentarios acerca de él, ya que consideraban que necesitaba trabajar duro para mejorar y que la presión no le haría bien.
En los entrenamientos, el coach de bateo de los Rockies, Don Baylor, notó que una de las manos de González estaba volteada hacia adentro cuando agarraba el bate, lo cual resultaba en un swing inconsistente. A González le tomó tiempo corregir ese hábito.
Sus compañeros estaban conscientes de su potencial, pero al jugar con él, vieron algo que los alentó aun más - una buena disposición para aprender.
"No tenía miedo de acercarse a mí para hacerme preguntas", dijo el campocorto Troy Tulowitzki, quien batea detrás de González y se encuentra en el segundo lugar de la L.N. con promedio de .325. "Eso es señal de un muchacho que está madurando y que quiere mejorar todos los días".
González comenzó la campaña del 2009 en Triple-A Colorado Springs. A pesar de que tuvo éxito a ese nivel, llegó a Grandes Ligas con un concepto demasiado amplio de lo que es la zona de strike. Pero una vez que logró entender lo que es un verdadero strike, los lanzadores comenzaron a darse de cuenta de que ya no podrían fiarse para hacerle out.
"Está bateándoles a los zurdos como si no hubiera diferencia", comentó Tracy.
González bateó .284 el año pasado y tuvo un promedio respetable de .276 contra zurdos. Ahora está bateando .322 contra ellos con 13 jonrones.
Tras quedar fuera del roster de la Liga Nacional para el Juego de Estrellas, González ha bateado .385 con 15 vuelacercas y porcentaje de embasarse de .428 después del receso. Gran parte de esos números los ha producido estando con dolores.
En un partido del 30 de agosto contra los Gigantes, González se lastimó la muñeca y el pulgar de la mano derecha al hacerle swing a un lanzamiento del boricua Jonathan Sánchez. Ha padecido dolores desde entonces.
Pero no fue hasta el 11 de septiembre que González fue descartado del lineup y que el público se enteró.
"Claro que uno no le va a decir a todo el mundo qué te duele y qué no te duele", dijo González. "Estoy seguro de que muchos jugadores tarde en la temporada tienen problemas como yo, pero estamos en la situación ideal. Uno quiere estar en el lineup y terminar fuerte".
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