El Cielo puede esperar.

El cielo puede esperar A Francisco Cervelli no le inquietan los elogios. Será titular cuando deba ser Por Ignacio Serrano ESPNdeportes.com Francisco Cervelli comenzó la semana con .400 de average y mucha actividad como receptor suplente de los Yankees de Nueva York. Durante el tiempo en que suplió la ausencia de Jorge Posada, verdadero dueño de la receptoría en el Bronx, el nativo de Valencia bateó .474 y tuvo una jornada de 5 empujadas, el 8 de mayo, contra los Medias Rojas de Boston. Hay que retroceder el reloj más de medio siglo, hasta el 3 de julio de 1955, para encontrar al último catcher de la franquicia que había llevado a casa tantas carreras en un mismo partido: el inmortal Yogui Berra. El diario NY Daily News preguntó a sus lectores si no es tiempo de que el venezolano juegue con más frecuencia. El slugger Mark Teixeira se declara asombrado por el desempeño ofensivo del joven carabobeño. ¿Y Cervelli? ¿Cómo ha tomado este golpe de fama? Con la misma despreocupada naturalidad con que vivió sus primeros 15 minutos de gloria en 2009, cuando se dio a conocer con el uniforme a rayas de los actuales campeones mundiales. "Es muy especial que mis compañeros estén hablando bien de mí y que las cosas estén saliendo de esta manera, pero en verdad sólo quiero ganar", dijo el careta a ESPNdeportes. "Quiero dar lo mejor de mí y aprovechar la oportunidad. No tengo ningún objetivo personal". Cervelli ha ido convirtiéndose en un personaje especial en la cueva de los Bombarderos. Su buen carácter se refleja en una personalidad sonriente, la de alguien que toma con buen humor las situaciones incómodas. Ha superado reiteradas lesiones y golpes. El último de ellos, en la cabeza, durante el spring training, hizo que le obligaran a usar un casco grotescamente grande, por el que ahora le apodan jocosamente "Gazoo", en referencia al marcianito verde de la tira cómica Los Picapiedra. El 2 de mayo, ante una emergencia de su novena, incluso salió a defender la tercera base en las postrimerías del encuentro. Pero las principales razones por las que Cervelli ha ganado nombradía en la Gran Manzana son su bate y su defensa detrás del plato. Con él como receptor, los Yanquis ganaron cinco juegos al hilo. Y su average de .324 en 62 partidos disputados desde 2008 sugiere algo más que un toque de suerte. Francisco Cervelli ha sorprendido a los Yankees con su bateo "No conocía mucho de él, excepto porque, cuando llegó la primera vez, todo el mundo hablaba de su defensiva", comentó Teixeira al Daily News. "Decían que iba a ser un buen catcher, con buen brazo, y que haría un gran trabajo detrás del plato. Pero este tipo me impresiona más y más cada día. Dio un paso al frente para sustituir a un futuro miembro del Salón de la Fama y ha hecho un trabajo extraordinario". DE REGRESO A LA BANCA Cervelli regresó a la banca de los Yanquis durante la gira de la divisa por Detroit, a comienzos de semana. "Hay que tener paciencia", señaló el venezolano. "Las cosas llegan en el momento correcto. El tiempo de Dios es perfecto. Debo estar preparado para cualquier situación que se presente". Los elogios, asegura, no le hacen cambiar. Por el contrario, no cuenta los días que le faltan para ser titular, a pesar de que el periodista Ken Rosenthal aseveró, a través de Twitter, que "podría ser el catcher regular en la mitad de los equipos de grandes ligas". "Está bien que digan todas esas cosas de mí, pero no soy quien toma las decisiones", comentó Cervelli, refiriéndose al manager Joe Girardi y al gerente general Brian Cashman. "Sólo hago lo que me pidan. Debo estar preparado para que ninguna situación me agarre desprevenido". Este toletero derecho nacido hace 24 años no siempre estuvo presto a colocarse el peto, las chingalas y la máscara protectora. En sus tiempos juveniles fue un infielder que soñaba engrosar la cuenta de grandeligas venezolanos. Aquella habilidad inicial llevó a que Girardi le proclamara como su utility de emergencia, en caso de necesitar un jugador del cuadro y no tener otro a quien echar mano. Aquel 8 de mayo probó que no bromeaba. "Estoy aquí para hacer lo que me pidan, pero que me gusta es catchear", precisó Cervelli. "Si hay que jugar tercera, lo hago. Todos los días tomo rodados en tercera, en segunda y en el short, aunque lo hago porque te suaviza las manos y te suelta el cuerpo; lo mío es catchear". Aprender a llevar el pitcheo, a bloquear el plato y retirar corredores entre las bases pasó factura. El valenciano ha recordado antes que no pudo concentrarse en su ofensiva hasta haber desarrollado su defensa, prácticamente hasta el final de su recorrido por las menores. Eso explica porqué Teixeira no tenía mayores noticias del bate que estaba por apreciar. La responsabilidad adicional que debió asumir durante la ausencia de Posada no le cobró un extra esta vez. "Tuve que estar metido de cabeza con los pitchers", admitió. "Mi mayor preocupación siempre ha sido mi defensa, porque este es mi trabajo. Todo lo demás es un bono. Yo, a la hora de batear, me concentro sólo en las cosas pequeñas, en ejecutar el bateo y corrido, el toque de bola, poner a los corredores en posición anotadora o traerlos al home. Y así ha salido todo, sin meterme presión". La vuelta de Posada puso a Cervelli de nuevo a la espera de un chance cada noche. Atrás quedó el placer de ser el único responsable de pedir los pitcheos y estar a diario en la alineación. "Lo mejor fue que, en todos menos en un juego, los abridores llegaron al séptimo o al octavo inning", afirmó. "Es muy divertido ir a batear con tres hombres en base o empujar una carrera importante. Nadie tiene idea de cómo el beisbol me da placer. Estar allí, en el campo, delante de tantos aficionados, y ser el protagonista, es lo mejor que me puede pasar". ----------------