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miércoles, 2 de febrero de 2011

Pelota de Invierno: La Serie del Caribe 2011


MAYAGÜEZ, Puerto Rico -- Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": Por cuarto año consecutivo, la Serie del Caribe estrena escenario. La cadena que comenzó en Santiago, República Dominicana en el 2008, siguió en Mexicali, Baja California, México al año siguiente y visitó la Isla Margarita hace 12 meses, llega hoy por primera vez a Mayagüez, un rincón poco conocido y publicitado de Puerto Rico, pero no por ello menos hermoso que el resto de la Isla del Encanto.
Es curioso que justamente en la época en la que aparecen más y más detractores de la Serie del Caribe, es justamente cuando por primera vez en la historia, durante la década reciente, se ha efectuado el evento en sitios en donde ni siquiera se soñó con que el clásico caribeño llegaría. Las épocas de las sedes habituales, como Santo Domingo, Hermosillo, San Juan y Caracas, han quedado atrás, y del 2000 a la fecha hemos visto como ciudades como Culiacán, Valencia, Carolina y las mencionadas anteriormente, han debutado como organizadoras con gran éxito en todos los sentidos.
Mayagüez no será la excepción. Viene precedida de unos Juegos Centroamericanos y del Caribe que estuvieron a la altura de las expectativas durante el verano pasado, y aunque el béisbol en la isla va apenas saliendo de su crisis más profunda, estamos seguros que el público responderá con buenas asistencias al Isidoro "Cholo" García.
Ya instalados en el hotel de "concentración", o más bien "desconcentración" del grupo de ESPN en este bello rincón del Caribe, comenzamos a palpar y a vibrar con todo lo que representa la también llamada "Serie Mundial del Béisbol Latinoamericano". El ambiente de fiesta, el calor, el ruido de las olas del mar chocando contra las hermosas playas boricuas, son los ingredientes que le han dado sabor a este certamen desde 1949.
Para un amante del béisbol, poco importa si tenemos figuras de Grandes Ligas o no. Es cierto que la Confederación del Caribe se ha tardado en tomar cartas en el asunto y tratar de resolver los problemas que año con año van creciendo en relación a la falta de permisos para jugadores de la Gran Carpa y a las famosas reglas de fatiga extrema. Pero ese es un tema aparte, que merece tratarse y del que por supuesto tiene que venir una respuesta más que inmediata por parte del organismo.
Pero hoy mismo, a 24 horas del inicio de la serie, tenemos que gozar con lo que hay… y eso sí que es bastante. Cuando uno tiene la oportunidad de vivir un clásico entre República Dominicana y Puerto Rico, frente a frente y teniendo como escenario cualquier estadio de estos dos países, los protagonistas no llegan a ser un factor determinante. El calor está ahí, en las tribunas, las pasiones de los aficionados se desatan, se corea cada lanzamiento y la música, el baile y el ambiente de fiesta, nunca faltan.
A eso sumémosle la presencia de los seguidores mexicanos, esos que nunca faltan y que con sus porras y disfraces ponen siempre una nota distinta a la serie, y de los venezolanos que no se quedan atrás, y los ingredientes están puestos. Tenemos que hacernos a la idea de que por ahora, la Serie del Caribe ha cambiado en relación a lo que nos tenía acostumbrados, por ejemplo, como cuando en 1995 Puerto Rico se presentó con aquel "Dream Team", o en aquellos años en que Luis Polonia, Miguel Tejada y varios más, no faltaban a la cita, aún estando en las cúspides de sus respectivas carreras en Estados Unidos.
Pero en la vida hay ciclos. Y el que se vive en este momento en la Serie del Caribe, nos obliga a ver en ella, no a promesas consagradas del mejor béisbol del mundo, sino al talento del futuro que tienen las organizaciones de las Grandes Ligas. Y eso sigue siendo un gran espectáculo para los que disfrutan de la pelota.
¿Quién puede olvidar por ejemplo la gran serie de Fernando Martínez el año pasado? ¿U otras hazañas que han hecho peloteros que todavía están en camino a convertirse en estelares del gran circo? Los tres cuadrangulares en un juego de Adrián González o el jonrón de Héctor Giménez para definir la batalla de 11 innings entre Venezuela y México, recuerdos estos de la Serie de Mexicali en el 2009.
Y la lista de hechos históricos en los últimos años podría seguir y seguir, forjada no únicamente por peloteros de Grandes Ligas, sino por muchos otros en camino a ellas, y otros que ni siquiera llegaron.
En 1999, por ejemplo, en San Juan, aquel clásico se tuvo que ir a un juego de desempate entre los dos colosos de la zona. Davd Ortiz definió ese encuentro dándole el título a la República Dominicana sobre Puerto Rico, cuando era apenas un prospecto que incursionaba en las mayores con los Mellizos de Minnesota, y que en ese momento, había conectado 10 cuadrangulares en dos temporadas de Grandes Ligas.
Esa es la nueva historia de la Serie del Caribe. Basta de escuchar y leer a los amargados que se quejan de todo. De la falta de ligamayoristas, de la organización, de las injusticias, del maltrato y la incomodidad, etc. Disfrutemos la serie con lo que tenemos, porque calidad siempre hay y de sobra, y al que no le guste, mejor que no venga, porque con los que estamos aquí, y los que vienen en camino, el espectáculo está garantizado.

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